El Panteón
El Panteón es uno de los monumentos mejor conservados de la
Antigua Roma. Contemplar sus severas formas clásicas conviviendo con normalidad
con edificios de la ciudad moderna produce una extraña sensación de
anacronismo. Y no sin emoción se atraviesan los enormes batientes de bronce
para entrar bajo la cúpula levantada por Adriano hace 1900 años.
Aunque el Panteón conserva en su frontispicio el nombre de Agripa,
que levantó el primer Panteón en tiempos de Augusto, el edificio que hoy vemos
fue construido por el emperador Adriano en el siglo II. La forma
esférica de su interior (la cúpula es una media esfera perfecta) debía reflejar
la perfección del Imperio Romano, destinado a durar eternamente.
El Panteón constituye una de las cumbres de la arquitectura romana,
perfecto en el equilibrio y armonía de sus formas y en su impecable
construcción.Hoy, además de seguir siendo una iglesia con culto, el monumento cumple la función de panteón real. Contiene las tumbas de los dos primeros reyes de la Italia unificada, y también la tumba del insigne pintor renacentista Rafael.
Este milagro ha sido posible gracias a que el Panteón fue el primer edificio
clásico transformado en iglesia: en el año 608, el emperador bizantino
Focas (dueño de Roma en aquel momento) se lo ofreció al Papa Bonifacio IV. De
este modo, el antiguo templo dedicado “a todos los dioses de Roma” se convirtió
en la iglesia de Santa Maria ad martyres, dedicada a los mártires
de las persecuciones. Una enorme cantidad de huesos procedentes de todas las
Catacumbas de Roma fue trasladada a la nueva iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario